Siguiendo ahondando en la historia de los dardos y tras hablar en su día de sus orígenes, hoy os traemos este articulo que explica cómo este deporte ha ido cambiando en las últimas décadas hasta llegar a lo que es hoy.
Hombres con camisas ostentosas y peinados extravagantes caminan por la alfombra roja junto a una animadora mientras que 2.500 personas cantan al unísono “Ponte de pie si te gusta los dardos”. Estas no son sus estrellas arregladas y glamurosas como David Beckham, estos son los hombres del pueblo. Bienvenido al mundo de los dardos.
Un mundo donde hombres como Peter Wright, que luce una cresta multicolor con una serpiente pintada en el costado de su cabeza y desfila con camisas de todo tipo que podrías encontrar perfectamente en una discoteca psicodélica de 1970, es venerado como a un héroe. Donde los hombres con barriga, que parecen haber pasado más tiempo levantando pintas que pesas, emocionan a millones de personas, incluyendo personalidades como el príncipe inglés Harry. Jugado una vez por 10 millones de británicos en los pubs, los dardos escaparon hace tiempo del estereotipo de ser un mero entretenimiento para la clase obrera. Se ha rebautizado, renovado y algo más. El Mundial de Dardos, que concluyó el día de año nuevo en el Alexandra Palace de Londres, fue transmitido en vivo en paises tan lejanos como Australia, Nueva Zelanda, Asia y el Lejano Oriente.
Además de sus grandes personajes deportivos, lo que más ama la televisión de los dardos es la atmósfera de que un par de miles de hombres y mujeres, muchos disfrazados y bebiendo una cantidad abundante de alcohol, generan. “Es rápido y entretenido. Se obtiene un resultado en la noche y no tienes que esperar durante cinco días más o menos”, comenta Matthew Porter, director ejecutivo de la Profesional Darts Corporation (PDC). “Luego está el aspecto de la afición. No es partidista, no es como en el fútbol donde la gente tiene equipos. Ellos tienen sus jugadores favoritos, pero es una atmósfera diferente.”. “El elemento social es muy importante“, agregó Porter, “la gente puede salir con disfraces, pueden estar en la televisión y todo esto lo convierte en agradable noche fuera de casa. No se limitan a ir a un evento deportivo.”
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