Los darderos no son buenos o malos únicamente por los resultados obtenidos en la competición, sino también por el modo de comportarse en ella.
Todos nos hemos preguntado alguna vez ¿qué significa ser buen dardero? ¿Cómo se comporta un campeón? ¿Qué cualidades debe tener? Cualquier persona que practique los dardos puede considerarse un buen dardero si actúa como tal, independientemente de ganar o perder.
El buen dardero siempre es un campeón, sea campeón del Mundo, de España, de su provincia o de su club. El mal dardero, por muchos títulos que gane, nunca será un campeón. Esta es una propuesta para que nos ayude a reflexionar sobre nuestro modo de actuar, el decálogo del buen dardero.
1. Los buenos darderos tienen capacidad de superación, son exigentes consigo mismos y les gusta hacer bien las cosas dentro y fuera de la diana.
2. Tienen sacrificio y constancia, no se rinden ante los problemas y siguen comprometidos con los dardos y sus compañeros, luchando por mejorar dentro de sus posibilidades. Todas las cualidades de un dardero se pueden mejorar (concentración, resistencia, técnica, precisión, táctica,etc ), eso requiere un largo aprendizaje y entrenamiento. Los resultados no se obtienen de la noche a la mañana.
3. Practican siempre el juego limpio y respetan las normas impuestas por la organización, no intentan ganar haciendo trampas: con comportamientos prohibidos, pactando resultados o engañando a los rivales. ganar haciendo trampas es peor que perder, además de no ser mejor que el otro como dardero tampoco se es mejor persona.
4. Los buenos darderos disfrutan en el entrenamiento y la competición, se divierten jugando a los dardos. Siempre se sienten satisfechos de su esfuerzo por mejorar o ganar en un entrenamiento o competición.
5. Cuando ganan, celebran su victoria con humildad y valoran el juego del contrario. Por eso, el buen dardero es modesto, respeta a su contrincante y siempre sigue intentando superarse a si mismo. Esa es la mejor recompensa que puede recibir, el orgullo de hacer lo que le gusta y hacerlo bien, no los trofeos ni el dinero.
6. Cuando pierden, no buscan excusas, felicitan al ganador y aprenden de los errores para mejorarlos en el entrenamiento y poder evitarlos la próxima vez. Debemos felicitar al ganador y no envidiar su triunfo, esta vez ha sido mejor que nosotros y eso merece nuestro respeto.
7. Respetan las decisiones de la organización. Igualmente que los darderos cometemos fallos, también los jueces pueden cometer errores. De poco sirve enfadarse ni perder los nervios durante la competición. El buen dardero es el modelo a seguir por los demás, así que debe comportarse con dignidad ante el rival y los jueces.
8. Son capaces de controlarse cuando la competición está muy tensa y no hay buen ambiente, se centran en su labor y procuran calmar al público. Es importante que un dardero tenga control de sí mismo, y que sepa al mismo tiempo esforzarse al máximo, concentrarse en su labor y no cometer acciones anti-deportivas.
9. Saben disfrutar del ambiente dardero y de sus compañeros y rivales. Los dardos no se acaban después de la competición ni del entrenamiento. Tan importante es competir como compartir buenos ratos y otras aficiones con compañeros y rivales.
10. Trabajan en equipo, practicando el compañerismo por encima del lucimiento personal. Tanto en las competiciones de equipo como en las individuales un dardero nunca llega solo a la meta, detrás de él están sus compañeros, amigos,familia y todo el mundo que forma «su equipo».
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